martes, 9 de agosto de 2011

Realidad

El tintineo de miles de trocitos de cristal me golpea hasta dejarme sin aliento. Mis ojos ven como se quiebra mi alma, mientras el suelo firme desaparece bajo mis pies y caigo en una espiral de oscuridad. Miles de voces susurran a mí alrededor, pero yo no puedo escuchar nada. Como Aurora en mi sueño sumida, deseando estar aquí en este remanso de paz, donde viven los dragones,  y las sirenas pueden cantar. Pero  la vida no es justa, y despierto en el hospital con el zumbido del electro. No hay nadie en la sala. ¿Por qué no podré volver atrás?

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