El tintineo de miles de trocitos de cristal me golpea hasta dejarme sin aliento. Mis ojos ven como se quiebra mi alma, mientras el suelo firme desaparece bajo mis pies y caigo en una espiral de oscuridad. Miles de voces susurran a mí alrededor, pero yo no puedo escuchar nada. Como Aurora en mi sueño sumida, deseando estar aquí en este remanso de paz, donde viven los dragones, y las sirenas pueden cantar. Pero la vida no es justa, y despierto en el hospital con el zumbido del electro. No hay nadie en la sala. ¿Por qué no podré volver atrás?
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