miércoles, 26 de enero de 2011

Una historia para niños

En un bosque remoto de un planeta cualquiera nació una vez un pequeño unicornio tan blanco y puro como los demás, en el instante de su nacimiento a su lado un arcoíris toco tierra, por este motivo le llamaron Arcoíris. Cuando Arcoíris fue creciendo fue distanciándose de los demás unicornios de su edad, ellos mostraban su blancura con gran orgullo y salían a tomar el sol y a jugar en los prados, sin embargo a nuestro pequeño Arcoíris le llamaba más la atención las brillantes noches cuajadas de estrellas y el suave murmullo de los arroyos se pasaba el día durmiendo y las noches en vela estudiando el universo.
 Los demás unicornios se burlaban de el y hasta los más ancianos le despreciaban, Arcoíris no quería ser tan blanco y puro como los demás el envidiaba a la noche y su oscuridad, un día el jefe de la manada mando llamar a Arcoíris y le dijo que debía abandonar la manada porque esta no era lugar para el apenado Arcoíris se marcho pensando ojala pudiera yo ir hasta las estrellas y fundirme en su hermosura. Y con esta idea fue andando por el mundo buscando alguna manera de llegar hasta allí, primero se fijó en las plumas de los ruiseñores que con brío cortaban el aire. Decidió preguntarle al ruiseñor y este le prestó sus alas, pero las alas del ruiseñor eran demasiado pequeñas para levantar su peso, así pues decidió    preguntarle al águila, y esta le prestó sus alas, pero solo pudieron elevarle
 unos centímetros, por último pidió ayuda al cóndor que con agrado le prestó sus alas, pero estas solo pudieron elevarle unos metros, desolado por los continuos fracasos una noche lloró desconsoladamente, lloró de soledad e impotencia, de sus lagrimas se formó un lago y del lago surgió el hada de la magia, por que lloras pequeño unicornio pregunto esta, porque envidio a la noche y quiero llegar hasta las estrellas mi hada le contestó este no te aflijas pequeño Arcoíris te proporcionaré unas alas pero debes darme a cambio tu magia
 Arcoíris aceptó el trato y le entregó al hada su cuerno. Del cuerno el hada formo dos magnificas alas que colocó en sus costados y el pelaje de Arcoíris se tiñó de negro para confirmar la impureza de este, el unicornio se volvió hacia el hada y le dio las gracias. Debes saber que ya no eres un unicornio has perdido tu condición. Le dijo el hada y que soy ahora entonces debes descubrirlo tu mismo.
 El unicornio voló hacia el firmamento tratando de descubrir que era voló tan alto que al final alcanzó las estrellas y allí como si estuviesen esperándolo un montón de caballos alados como el le dieron la bienvenida no había uno que igualase a otro en color, pero ninguno era blanco que somos preguntó arcoíris, una hembra caoba se adelanto y dijo pegasos somos pegasos entonces el pequeño Arcoíris descendió de nuevo a tierra y llego hasta su manada cuando los unicornios vieron llegar al magnifico animal sintieron envidia de sus alas. Soy yo Arcoíris-dijo este- solo he vuelto para deciros que teníais razón no soy un unicornio soy un pegaso y con estas orgullosas palabras el pegaso Arcoíris volvió con los suyos a la estrellada noche.
  Fin.

1 comentario: